El valor de la prominencia adquiere si cabe aún mayor
relevancia cuando observamos los macizos montañosos desde la distancia. Más
allá de la altitud, cuando observamos las montañas desde un punto elevado, podemos
comprobar como las cumbres con mayor índice de prominencia son siempre las más
llamativas, diferenciadas e individualizadas del resto.
Así montañas cuya altitud puede ser modesta en comparación a
otras cimas, se muestran sin embargo claramente diferenciadas, destacando sobre el
entorno que las rodea. Esto se debe al valor de la prominencia, tanto mayor sea
este, más nítida e individualizada se observará la cumbre a largas distancias.
En este gráfico podemos observar tres ejemplos de
observación de montañas a distintas distancias.
En el primer ejemplo, observamos una serie de macizos a
larga distancia, una línea de horizonte de decenas de kilómetros. Como podemos
comprobar la altitud es importante, pero aún lo es más la prominencia, ya que
son siempre las montañas más prominentes las que podemos a primera vista
identificar rápidamente del resto. Estas cumbres corresponden con las llamadas
cimas primarias y vértices, cimas con prominencia superior a los 250 y 500 metros , y que por lo
general dan nombre al macizo al cual pertenecen.
Asi, tanto A, como B, C, D, E y F, son cimas principales de
gran prominencia que forman macizos bien individualizados bajo ellas, gracias a
lo cual podemos reconocerlas fácilmente incluso a distancias muy largas.
Acerquemos la mirada en el siguiente paso por ejemplo al
macizo A, y vamos a observarlo desde una distancia media, por ejemplo a 10 kilómetros . Desde
está distancia podemos diferenciar con más claridad las cimas secundarias A2 y
A3, que antes, cuando las veíamos a larga distancia no se veían tan
nítidamente, debido a su menor prominencia.
Por último vamos a acercar todavía más la panorámica para
situarnos a corta distancia, a menos de 5 kilómetros de la
montaña. A esta distancia podemos observar multitud de cimas accesorias, que
antes, cuando observábamos la montaña a una mayor distancia, ni siquiera
habíamos percibido. Estas cimas de 3ª categoría, como por ejemplo A1b, A1c… se encuentran situadas a gran altitud, pero a pesar de ello, debido a su escasa prominencia sólo
las podemos diferenciar si nos situamos a una distancia muy cercana de la
montaña, ya que en realidad, se trata de simples cotas, prolongaciones de la
cumbre principal sin relevancia geográfica alguna.
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