lunes, 8 de julio de 2013

18. La prominencia como referente en la distancia.

El valor de la prominencia adquiere si cabe aún mayor relevancia cuando observamos los macizos montañosos desde la distancia. Más allá de la altitud, cuando observamos las montañas desde un punto elevado, podemos comprobar como las cumbres con mayor índice de prominencia son siempre las más llamativas, diferenciadas e individualizadas del resto.

Así montañas cuya altitud puede ser modesta en comparación a otras cimas, se muestran sin embargo claramente diferenciadas, destacando sobre el entorno que las rodea. Esto se debe al valor de la prominencia, tanto mayor sea este, más nítida e individualizada se observará la cumbre a largas distancias.

En este gráfico podemos observar tres ejemplos de observación de montañas a distintas distancias.  




En el primer ejemplo, observamos una serie de macizos a larga distancia, una línea de horizonte de decenas de kilómetros. Como podemos comprobar la altitud es importante, pero aún lo es más la prominencia, ya que son siempre las montañas más prominentes las que podemos a primera vista identificar rápidamente del resto. Estas cumbres corresponden con las llamadas cimas primarias y vértices, cimas con prominencia superior a los 250 y 500 metros, y que por lo general dan nombre al macizo al cual pertenecen.

Asi, tanto A, como B, C, D, E y F, son cimas principales de gran prominencia que forman macizos bien individualizados bajo ellas, gracias a lo cual podemos reconocerlas fácilmente incluso a distancias muy largas.

Acerquemos la mirada en el siguiente paso por ejemplo al macizo A, y vamos a observarlo desde una distancia media, por ejemplo a 10 kilómetros. Desde está distancia podemos diferenciar con más claridad las cimas secundarias A2 y A3, que antes, cuando las veíamos a larga distancia no se veían tan nítidamente, debido a su menor prominencia.

Por último vamos a acercar todavía más la panorámica para situarnos a corta distancia, a menos de 5 kilómetros de la montaña. A esta distancia podemos observar multitud de cimas accesorias, que antes, cuando observábamos la montaña a una mayor distancia, ni siquiera habíamos percibido. Estas cimas de 3ª categoría, como por ejemplo A1b, A1c… se encuentran situadas a gran altitud, pero a pesar de ello, debido a su escasa prominencia sólo las podemos diferenciar si nos situamos a una distancia muy cercana de la montaña, ya que en realidad, se trata de simples cotas, prolongaciones de la cumbre principal sin relevancia geográfica alguna. 

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